Rol inclusivo

21.11.2020

Desde la asociación EPMA (El Pequeño Mundo de Álvaro) hemos llevado a cabo la actividad "Rol inclusivo para niños", que consiste en que varios niños y niñas desempeñen un determinado rol (papel interpretativo), creando una historia entre todos. La actividad se dirigió a niños y niñas entre 6 y 12 años y se lograron los siguientes objetivos: 

• Crear un entorno lúdico en el que los niños y niñas aprendieron a colaborar unos con otros y donde cada uno de ellos desarrolló un papel diferente pero igual de importante. De esta manera, el resto del grupo pudo ver que todos podemos ser útiles independientemente de nuestras características, lo cual ayudó a fomentar entre ellos la idea de inclusividad. 

• Que todos los niños y niñas disfrutasen de una actividad divertida y diferente. 

• Que los niños desarrollasen sus capacidades sociales y comunicativas en un ambiente de juego que propiciaba además la imaginación y el pensamiento creativo orientado a la resolución de los problemas y retos que se les iban planteando durante el transcurso de la actividad. 

• Esta actividad era gratuita para garantizar que ningún niño o niña se quedase fuera por motivos económicos. 

Además, se abrió para personas que no sean socias, lo que nos dio dos objetivos adicionales: 

• Dar a conocer a la asociación y sus actividades a un mayor número de personas. 

• Fomentar la idea de inclusividad en niños y niñas que, potencialmente, no estén habituados a compartir actividades con personitas con diversidad funcional. 

Desarrollo del proyecto

 Durante la partida los niños y niñas interpretaron el papel de héroes de fantasía que previamente diseñaron, y dentro de una historia imaginaria guiada por un adulto que hacía las veces de Director de Juego, y dentro de un marco de reglas definido, interpretaron su personaje y resolvieron las distintas situaciones para avanzar en la historia narrada. 

Aunque en principio se previó que jugasen entre 6 y 8 niños y niñas de entre 6 y 12 años, siendo una mezcla de niños miembros de la asociación con diversidad funcional, niños miembros y ajenos a la asociación, la realidad nos llevó a hacer dos grupos de un total de casi 20 niños (no siempre todos podían asistir).

Las partidas en sí estaban dirigidas por dos adultos con amplia experiencia en juegos de rol y trato con niños y niñas de las edades indicadas. Previo al juego hubo comunicación con los padres y madres de los niños o/y niñas con discapacidad para ver con ellos en detalle cómo iba a desarrollarse el juego y ver qué adaptaciones eran necesarias. 

Para la realización se usó un guion y materiales que se adquirieron previamente al comienzo de la actividad gracias al patronazgo de la Fundación La Caixa, y se adaptaron las pruebas a las discapacidades de los niños participantes de manera que todos y todas pudieran desarrollar la actividad sin problema. 

Las partidas tenían una duración estimada de 10 horas divididas en 5 sesiones de 2 horas de duración. 

Los espacios usados permitían una movilidad adecuada de niños con movilidad reducida. 

Cada familia debía llegar por sus medios al lugar de la actividad y en caso de que los niños lo necesitasen, podía haber un adulto presente durante el juego, aunque finalmente fue necesario con muy pocos participantes. 


El derecho al juego se define en el artículo 31 de la Convención sobre los derechos del Niño como "Los Estados Partes reconocen el derecho del niño y la niña al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes. 

Con la participación activa de estos niños y niñas, no solo logramos nuestro primer objetivo de un ocio inclusivo en el que las capacidades no importaban, si no en el que los padres y madres de los participantes vieron como sus hijos adquirían mejores habilidades sociales, desarrollaron empatía hacia sus prójimos y crearon lazos de amistad más allá de los talleres